En un estudio publicado en la revista Plastic and Reconstructive Surgery en noviembre de 2023, por Berros et al., presentan que el valle lagrimal, o tambien llamado surco nasoyugales una concavidad que se extiende inferior y latera desde el canto interno o medial del ojo hasta la línea media pupilar y termina 4-6 mm por debajo del reborde orbitario.
Con la llegada de los rellenos con ácido hialurónico, los profesionales del área de la salud y diversos autores también observaron un elevado número de complicaciones, como hematomas, irregularidades del contorno, anillos oculares huecos secundarios por por depósitos de hemosiderina, estasis linfática y edemas. Debido a estas complicaciones, muchos médicos tendían a evitar o limitar las inyecciones de AH para la delicada región periorbitaria.
En 2013, nuestro grupo presentó un método que proporciona un resultado clínico superior y más seguro en el procedimiento de inyección de deformidad de surco lagrimal (TTDI) utilizando el tratamiento de «hialuroestructura». El TTDI utilizando AH se basa en múltiples procedimientos peri-intervencionales, que incluyen el enfriamiento previo a la inyección del área periorbital, el desplazamiento del sitio de preincisión, la aplicación de movimientos suaves de ida y vuelta durante la inyección y la terapia con corticosteroides orales durante 48 horas después de la intervención.
El objetivo de este estudio es presentar una técnica mejorada novedosa que incluye un estiramiento previo a la inyección de TTL (TTLS-I) y comparar su eficacia, seguridad y satisfacción del paciente con el TTDI.
Descripción de la técnica:
TTLS-I incluye el estiramiento del TTL a través de una cánula roma. Por lo tanto, se introdujo una cánula de 25g para el área periorbital a través de un sitio de preincisión ubicado debajo del borde orbital, directamente bajo el músculo orbicular y el TTL en el plano supraperióstico. Los ligamentos se estiraron, lo que redujo su posición elevada (colina) y aplanó el área del anillo ocular hueco (valle) y luego se inyectó AH.
Figura 2: Disección en cadaver
- Enfriamiento previo a la inyección de la región periorbital.
- Desinfección: Desinfección del área de interés con una solución de clorhexidina al 0,25%.
- Preincisión: Colocación del punto de preincisión a nivel de la grasa malar, 10 mm por debajo del borde orbital y el canto externo, utilizando una aguja de calibre 23.
- Estiramiento del TTL: Se coloca la cánula periorbital debajo del músculo orbicular y se aplican movimientos suaves para estirar el ligamento, cerca del área de inserción del TTL en la base de la nariz, liberándolo y aplanando el área del anillo ocular hueco antes de la inyección.
- Inyección: Inyección lenta de AH/lidocaína a través de un minibolo, utilizando una cánula periorbital de 25 calibres. La inyección se realiza aplicando algunos movimientos suaves de ida y vuelta. El volumen inyectado necesario varió de 0,2 a 0,3 cc por lado.
- Después de la inyección: Masaje suave manual del área inyectada y aplicación de una máscara de enfriamiento durante 5 minutos.
- Durante las 48 horas posteriores a la intervención, los pacientes recibieron 1 mg/kg de prednisolona por vía oral y se les instruyó que evitaran hacer deporte y actividades en spa.
Figura 2: Técnica TTLS-1 y rastreo ecográfico
Resultados encontrados:
- Se realizaron dos grupos de pacientes, uno con el procedimiento TTLS-I y otro con TTDI como grupo de control.
- No hubo diferencias significativas en las variables sociodemográficas.
- Los pacientes con TTLS-I recibieron menos ácido hialurónico (AH) que los pacientes con TTDI.
- Las tasas de complicaciones, como hematomas y edema, fueron bajas en ambos grupos, pero los pacientes con TTDI tuvieron más irregularidades en la superficie.
- No se observaron cambios en la pigmentación ni embolizaciones en ninguno de los grupos.
- La satisfacción del paciente fue alta en ambos grupos, con una ligera ventaja para TTLS-I en el seguimiento a largo plazo.
- El volumen inyectado se relacionó con un mayor riesgo de complicaciones.
- Los pacientes con TTLS-I tuvieron complicaciones más inmediatas, mientras que los pacientes con TTDI tuvieron complicaciones más tardías durante el seguimiento.
Figura 3: Antes y despues del tratamiento
Conclusiones:
- TTLS-I se presenta como una opción de tratamiento novedosa, segura y eficiente para la zona del valle lagrimal. Se diferencia de otras técnicas al incluir el estiramiento del ligamento del surco lagrimal (TTL), liberando su rigidez y reduciendo la prominencia de la zona afectada.
- La cantidad reducida de HA utilizada en TTLS-I representa una ventaja importante, ya que puede ayudar a evitar complicaciones graves relacionadas con la interacción de HA con los tejidos circundantes, como migración de HA, efecto Tyndall (cambios de color) o embolización.
- TTLS-I es menos invasivo que las cirugías completas como la blefaroplastia, lo que lo convierte en una opción más segura y menos traumática para abordar las deformidades del surco lagrimal.
- La satisfacción del paciente fue alta en ambos grupos, con tasas de satisfacción aún más altas a largo plazo para TTLS-I.
- La técnica TTLS-I proporciona resultados estéticos satisfactorios a largo plazo y tasas bajas de complicaciones, lo que la hace una opción valiosa para corregir deformidades del surco lagrimal.